Por Borja había bastante niebla pero por "arriba" estaba despejado.
Antes de la una, ya estábamos en camino.
En los claros del camino de apreciaba el "Mar de Nubes" que cubría los valles.
Caperucita Roja y la Luna seguían su camino incansables.
Los acebos, los serbales de los cazadores y las hayas cubiertas de líquenes fruticulosos estaban preciosos.
La Cumbre del Moncayo está con abundante nieve.
Restos de la ermita de Santa Lucía.
En este mismo Prado de Santa Lucía, hay un "Pozo de Nieve" que utilizaban los habitantes de Litago y Lituénigo para vender por Zaragoza y los pueblos de alrededor, en primavera-verano, el hielo almacenado.
Una vez en el Prado de Santa Lucía, tomamos la carretera-pista para descender al coche.
Un precioso atardecer nos acompañaba tras un recorrido de unos 10 Km.
Mientras, abajo, el mar de nubes y el frío no abandonaba el somontano.
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